Málaga, 2 de mayo de 2013

Nuevos recortes y baile de millones en dependencia. Ojalá estén mintiendo a Bruselas. Uno de cada tres euros de los recortes cuantificados lo sufren las personas en situación de dependencia.

Si las cifras relacionadas con los recortes en dependencia del Programa Nacional de Reformas de España 2013 fueran del todo ciertas, constituirían una nueva e insoportable crueldad para las personas en situación de dependencia y sus familias. Contempla un ahorro de 1.108 millones de euros en la partida de atención a la dependencia que sólo está dotada con 1.087 millones. Si las cifras fueran ciertas supone bajar la intensidad de atenciones a los beneficiarios, que decenas de miles de dependientes mueran sin atención y el despido de 35.000 trabajadores (90% mujeres), así como no recaudar unos 400 M€ en retornos económicos (IVA, IRPF, Seguridad Social…)

Las medidas que presenta el Gobierno de Rajoy en el Programa Nacional de Reformas de España 2013 en relación con el Sistema de Atención a la Dependencia, según se afirma en la página 53 del mismo, suponen una reducción adicional de gasto público en 2013 de 339 millones de euros por la vía del aumento del copago a los que hay que sumar otros 489 millones por la vía de la reducción del nivel mínimo y de la «regulación» de las prestaciones y servicios –todo ello pendiente de tres nuevos decretos-. En total, un ahorro adicional de 828 millones a lo ya recortado.

La cifra hace que se enciendan todas las alarmas ya que el coste global del sistema para las administraciones públicas se estima en 6.000 millones, con lo que dicha reducción adicional supondría recortar de las ya mermadas aportaciones públicas en un 15% para lo que queda de año, dejando el sistema en un coste global de poco más de 5.000 millones.

Bien es cierto que en la página 191 del mismo informe, con el encabezamiento: «Reformas Clave para los próximos doce meses» la cifra de ahorro adicional en 2013 se reduce milagrosamente a 628 millones. ¿Simple errata o juegos malabares con los millones?

Para rematar la jugada de los cálculos groseros y del ya habitual e indignante estilo eufemístico, en la página 23 se dice textualmente que «Se ha procedido a una profunda reforma del sistema de Atención a la Dependencia, en julio de 2012, para racionalizar y modernizar los servicios prestados» (…) «Con la aplicación de estas medidas el gasto se ha reducido en 599 millones de euros en 2012, estimándose una reducción adicional de 1.108 millones en 2013 y de 571 millones de euros adicionales en 2014».

Lo que sí parece una verdad irrefutable, se mire como se mire, es la firme intención de seguir demoliendo el sistema al amparo de la brutalidad del famoso RD-Ley 20/2012, de 13 de julio. El recorrido que queda para este año nos deparará tres nuevos decretos:

– Un decreto sobre copago que supondría –si las cifras enviadas a Bruselas son ciertas- aumentar el mismo en un 50% o más para las personas dependientes cuyas comunidades no hubieran acometido ya dicha reforma. El

aumento del «copago» supone, no lo olvidemos, la aplicación de mayores descuentos a lo que perciben las personas con prestaciones económicas por cuidados familiares.

– Dos decretos que regularán; por un lado: la aportación estatal el sistema por la vía del Nivel Mínimo Garantizado (otro eufemismo cruel) y que es primordial para conocer la financiación estatal del sistema (muy inferior a la autonómica); y por otro lado: la reducción de las intensidades de los servicios, las incompatibilidades entre servicios y demás «mejoras» del sistema.

En los tres últimos folios (anexo III) se recogen las reformas claves para los próximos 12 meses, pero solo dos están cuantificadas; ambas corresponden al Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales: 859 M€ gasto sanitario y 628 M€ en dependencia, es incalificable que la única concreción del «ahorro» previsto en el Programa Nacional de Reformas para 2013 se ceben, precisamente, en los colectivos más vulnerables y necesitados. Casi uno de cada tres euros de los recortes lo sufren las personas en situación de dependencia y sus familias.

El resultado será obvio: destrucción de la red de servicios, cierre de empresas del sector (tanto residencias como servicios de proximidad) destrucción de empleo privado y público, descenso en la recaudación pública (retornos) y, como única salida para las personas, el refugio en unas cada vez más miserables prestaciones económicas ante la imposibilidad de costearse servicios.

Decir que se está dejando morir el Sistema de Atención a la Dependencia puede parecer una metáfora pero es la cruda realidad. El destrozo total del sistema es tan evidente que solo caben ya la indignación por la crueldad con las personas dependientes y el estupor ante la falta de sentido común que denota la adopción de medidas que destruyen empleo sistemáticamente.

Esta vez nos queda un triste consuelo: puede que estén mintiendo a Bruselas.

Para más información: José Manuel Ramírez Navarro. Presidente de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. E-mail: directoressociales@hotmail.com